Viaja gratis por el mundo con estos hipnóticos videos POV de YouTube

Sí, ya sabemos, quieres viajar pero no hay tiempo y la crisis ahorca. Con todo, siempre puedes dar un paseo digital por las mayores metrópolis del mundo.
Times Square de Manhattan llena de gente y autos por la noche
Times Square, NY.Artem Vorobiev/Getty Images

Una rata entra en la escena. No la ves muy bien porque pierdes toda tu atención ante la erupción de ruido. El sonido de fondo de compradores negociando con comerciantes es sustituido bruscamente por gritos. Los vendedores abandonan sus puestos. Todos se lanzan al otro lado del cuadro. Alguien se ríe. El camarógrafo, invisible y silencioso, mantiene la calma y sigue avanzando.

De pronto un hombre agarra una caja de leche y trata de aplastar a la rata. Sin detenerse en el estallido del caos ni en la risa nerviosa de la gente, el episodio termina tan rápido como empezó, la cámara sigue flotando por el mercado y sale a la acera. Ahora puedes captar fragmentos de las conversaciones en el fondo. Dos personas pasan caminando. La cámara no les sigue, pero se oye lo suficiente para saber que hablan de un programa de computación. Al igual que el momento de la rata, este instante entrañable no podría estar guionado.

Lo que acabamos de describir es un video de Ciudad de México, obra de un grupo relativamente nuevo de youtubers que ayudan a personas de todo el mundo a experimentar ciudades asombrosas, tal como si estuvieran paseando por ellas. Desde ayudar a que las personas con capacidades diferentes puedan explorar, hasta apoyar a gente como yo en la planificación de sus viajes, canales como estos no son solo para quienes necesitan un descanso temporal de su aburrido paisaje local, son una forma estupenda de investigar el mundo real por muy poco dinero.

YouTube es gratis

Allá por 2018, cuando estaba considerando algunos movimientos importantes en mi vida, pero desprovisto de cualquier dirección real, de alguna manera aterricé en la Ciudad de México. Como tantos estadounidenses, mi idea de México era la de un lugar de desiertos polvorientos y trampas turísticas tropicales, pero sabía muy poco sobre su capital. A medida que me adentraba en el país, me emocionaba. ¿Hace frío en invierno? ¿Hay más gente que en Nueva York? ¡Vaya! Lo que leía me intrigaba muchísimo, pero las palabras apenas hacían cosquillas a mi imaginación.

Mudarme a un lugar en el que nunca había estado sonaba divertido, pero quería conocer la ciudad antes de comprometerme. ¿Cómo es a pie de calle? ¿La gente se queda fuera hasta absurdamente tarde entre semana, como en El Cairo y en Estambul? ¿Vivirán cada momento de ocio al aire libre en parques y cafés, como en Praga y en el Viejo San Juan? ¿Son las calles tan musicales como las de Tiflis, o los bares tan acogedores como los de Berlín, y el tráfico tan caótico como el de Hanói?

Podía encontrar montones de consejos en foros, blogs y videoblogs, pero siempre estaban presentados a través del filtro de otra persona. Quería que no estorbaran. Quería estar allí sin tener que ir físicamente; el dinero era oro. Pero YouTube era gratis.

Me encontré entonces con Wanna Walk, una serie de YouTube relativamente nueva para aquel momento. Había unos cuantos videos en cámara subjetiva o Point of View (POV), tomas largas de ninguna otra cosa que caminar por la ciudad en una larga toma. Algunos videos duraban entre 30 y 45 minutos. No había narración ni argumento. Era eso exactamente lo que buscaba.

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Quien lo grabó utilizó obviamente un estabilizador para la toma y un micrófono externo para captar los fragmentos y retazos de chismes, burlas, saludos, bromas y quejas de los habitantes de la ciudad. Indagué un poco más y me di cuenta de que había más canales como este. Hoy en día, se pueden encontrar recorridos similares de una sola toma y sin narración en canales de YouTube como Nomadic Ambience, ProWalk Tours y Watched Walker.

A medida que aprendía más sobre la creación de estos videos y sobre sus creadores, me enteré de que, aunque no están guionizados ni escenificados, los que los hacen a menudo intentan captar un cierto ambiente en un lugar, y vuelven a grabar cuando creen que algo no funciona, como cuando demasiada gente se fija en ellos.

"Admito que soy un poco obsesivo con la perfección", escribió Pablo Kersz, de Wanna Walk, desde Argentina, años después de que yo descubriera el canal, en un intercambio de correos electrónicos. "¡He grabado algunas escenas más de 15 veces!".

"Para no alterar la escena y captar la realidad cotidiana de forma espontánea, debo ser discreto y pasar desapercibido", explica. Prefiere filmar megalópolis porque son como muchas ciudades en una, y evita los distritos turísticos en favor de los barrios menos visitados.

Sin argumento, obviamente, no hay conflicto, pero siempre hay un elemento de suspenso y sorpresa cuando la cámara ( y tú con ella) deambulan sin itinerario aparente. ¿Dónde acabarás ahora? ¿A dónde se dirige? En un momento puedes estar en un parque a las afueras de la ciudad, viendo a un hombre vender su arte callejero, y acabar en el distrito financiero al atardecer, cuando los rascacielos despiden a sus oficinistas por la noche.

En el canal de Wanna Walk hay subtítulos en 35 idiomas, a veces más, para que puedas escuchar las conversaciones de los transeúntes aunque no hables el idioma. Desde sus primeros videos en Ciudad de México, Kersz ha grabado en todo el mundo: Buenos Aires, Nueva York, La Habana, Santiago, Londres, Madrid y más.

Hay una sensación de novedad en el enfoque, pero si se indaga lo suficiente en el pasado, se pueden encontrar cortometrajes de tomas largas y tranquilas en calles de ciudades desaparecidas hace mucho tiempo. En su mayor parte, no llevan narración porque son películas mudas. Es como si, en cuanto la gente descubrió cómo añadir sonido a las películas, pensara que el público siempre querría oírles hablar sin parar.

Cómo viajar al pasado en YouTube

En los últimos años ha circulado en internet el encantador Bataille de neige, de 1897, un corto de los hermanos Lumière sobre una batalla de bolas de nieve en algún lugar de la Francia de finales del siglo XIX. También está un cortometraje de la ciudad de Nueva York de 1911, que no se ajusta a la estética de una sola toma ininterrumpida de los modernos recorridos en cámara subjetiva y a pie de YouTube, pero tiene una atmósfera similar.

Hay algo profundamente personal e íntimo en este tipo de momentos personales en lugares públicos, momentos que presenciamos cada día de nuestras vidas, o que presenciaríamos si saliéramos de nuestras preocupaciones y nos fijáramos más a menudo. Videos como este nos animan a hacerlo.

Al final, nunca llegué a Ciudad de México. Pero debo haber visto esos videos cien veces en aquel año. La vida era demasiado caótica como para viajar y, sin embargo, aún siento en mi memoria aquel verano en el que fui a México.

Este artículo se publicó originalmente en WIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.


Canales mencionados en este artículo: